domingo, 25 de mayo de 2014

BYOD - Regulación Interna en un Centro Educativo


En esta entrada del blog quiero reflexionar sobre el hecho de utilizar dispositivos móviles en los centro escolares y sugerir un decálogo de aspectos a tener en cuenta para un uso adecuado.

Para ello quiero basarme en el documento publicado por Edutopia y titulado Dispositivos Móviles para el Aprendizaje, lo que usted necesita saber en el que, entre otras cosas, se habla de los resultados de diferentes estudios acerca del uso de tecnología móvil en los centros educativos de los EEUU.

Como ya he comentado con anterioridad en algún post todavía hay mucha reticencia al uso de dispositivos móviles en las aulas sin embargo los estudios mencionados en el documento arriba mencionado revelan que los alumnos que utilizan dispositivos móviles (y redes sociales) muestran una mayor responsabilidad por su aprendizaje y desarrollan capacidades de trabajo más colaborativo.

Es un hecho que la sociedad está viviendo un desdoble de los actos sociales en la virtualidad y que cada vez más tomamos parte de una sociedad aumentada

Es un hecho que "el gran potencial de los teléfonos móviles es que son actualmente el principal portal de comunicación social" dice dice Mimi Ito, antropóloga cultural de los departamentos de antropología e informática de la Universidad de California en Irvine y titular de la cátedra de Medios Digitales y Aprendizaje de la John D. and Catherine T. MacArthur Foundation.

Es un hecho que los alumnos que tenemos hoy en día escriben y leen más de lo que hacíamos nosotros cuando estábamos en su misma edad escolar y no nos conectábamos a las redes sociales después de terminar los deberes del cole.

Sin embargo también es un hecho que el sistema educativo actual no sabe muy bien cómo hacer para llevar ésto a cabo, bien por miedo a lo desconocido, bien por falta de recursos.

Respecto a la falta de recursos se plantea como una alternativa viable la política del BYOD (bring your own device) o del BYOT (bring your own techonology) ya que la gran mayoría de alumnado de secundaria, por ejemplo, posee un terminal móvil con conexión o tableta y se puede contemplar la opción de que lo traigan al centro como parte de su material escolar.

Y en lo relativo al miedo a lo desconocido creo que, Dolors Reig lo deja muy claro en su publicación Jóvenes en la Era de la Hiperconectividad, el cambio es inexorable; podemos aprovecharlo o sufrirlo, es decir debemos aprovechar las ventajas que nos ofrecen las tecnologías y los dispositivos móviles (desde la motivación del alumnado a la potenciación del trabajo colaborativo y otras competencias personales) y utilizar las mismas herramientas que utiliza nuestro alumnado y participar también de la gran conversación en los diferentes momentos de la enseñanza y del aprendizaje.

Además estoy muy de acuerdo también con Ito cuando señala que los adultos tendemos a considerar [los dispositivos móviles] como una distracción en el aprendizaje debido a que no estamos tomando parte [en formalizar el proceso]. Es un poco el problema del huevo o la gallina. Los adultos no están participando en dar forma a la clase de influencia que estos dispositivos [podrían tener].

Por ello opino que como profesionales de la enseñanza que somos deberemos reflexionar y regular ciertos aspectos y que tendremos que enseñar a nuestro alumnado conceptos que posiblemente primero tengamos que aprender nosotros como usuarios de la red (ciudadanía virtual, identidad digital, respeto a las reglas de la netiqueta, saber cuándo desconectar...etc.) pero, como dice la sabiduría popular, es un tema de renovarse o morir.


Como consecuencia y para esbozar un primer estadio de una regulación interna propongo los siguientes aspectos a tener en cuenta al usar dispositivos móviles en un centro educativo:



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